top of page

Cabe destacar que Lutero, personalmente, no fundó la iglesia luterana como una institución, ni planeaba que sus enseñanzas derivaran en una nueva denominación cristiana. Por el contrario, expresó, con sus propias palabras, su deseo de que eso no ocurriera, cuando declaró:

"Ruego por que dejen mi nombre en paz. No se llamen así mismos 'luteranos', sino Cristianos. ¿Quién es Lutero?, mi doctrina no es mía. Yo no he sido crucificado por nadie. ¿Cómo podría, pues, beneficiarme a mí, una bolsa miserable de polvo y cenizas, dar mi nombre a los hijos de Cristo?. Dejen, mis queridos amigos, de aferrarse a estos nombres de partidos y distinciones; fuera a todos ellos, y dejen que nos llamemos a nosotros mismos solamente cristianos, según aquel de quien nuestra doctrina viene".

A pesar de ello, en la historicidad de la reforma protestante, se fue designando el apelativo "luterano" y "luteranismo" para referirse a la doctrina interpretativa y enseñanzas que Lutero hizo acerca del cristianismo. Este término fue usado de igual forma por la Iglesia Católica Romana para referirse a los simpatizantes de las interpretaciones que Lutero tenía respecto al cristianismo. No obstante, paulatinamente fueron consolidándose diversas iglesias autodenominadas luteranas, y con ello se fue formando la denominación cristiana propiamente dicha.

 

Luteranismo

bottom of page